1 de septiembre de 2022
di Alessandro Puglia
A dispetto dell'emergenza sbarchi strillata in campagna elettorale, il numero degli arrivi in Italia al 31 agosto è di 57.168 migranti, nello estesso periodo in tempi di prepandemia erano il doppio. En 2016 fueron 115 068 y en 2017, 99 135. Desde el memorando Italia-Libia, el escenario, independientemente del color del gobierno, ha cambiado. Entre muertos y dispersos en el mar, hombres, mujeres y niños arrojados al lager y pescadores asesinados con las armas del "fuego amigo".
La cuestión de la inmigración se ha convertido en un tema candente en la campaña política de los dos líderes de centro de cara a las elecciones del 25 de septiembre. Si la líder de los Fratelli d'Italia, Giorgia Meloni, sigue invocando el "bloque naval", para el líder de la Lega, Matteo Salvini, bastaría con revertir sus decretos de seguridad ya aprobados en 2019 y 2021 por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
La emergencia migratoria que tanto han reclamado Salvini y Meloni en esta campaña electoral no se corresponde, sin embargo, con las cifras de migrantes que han llegado en los últimos años. Según las estadísticas publicadas por el Ministerio de Interior el 31 de agosto de 2022 había 57.168 migrantes embarcados en Italia, pero si comparamos el número de llegadas en este periodo con los años anteriores a la pandemia, veremos, por ejemplo, que en 2017 fueron 99.135 y en 2016 115.068, casi el doble del número de llegadas actuales.
En la peor pandemia, el 31 de agosto de 2020, el número de llegadas fue bajo, pero principalmente por razones de salud: 19.340, mientras que en los años en que el ministro del Interior era Matteo Salvini, el número de solicitantes de asilo había alcanzado un mínimo histórico, el 31 de agosto de 2019 había 5089; 20.077 en 2018. Cifras inferiores a las actuales, pero ¿a qué precio?
En febrero de 2017, bajo el Gobierno de Gentiloni, Marco Minniti, ahora jefe del Viminale, había firmado el memorando entre Italia y Libia. Su sucesor, Matteo Salvini, lo hizo continuando "haciendo lo que ya se hacía bien", como él mismo solía decir. Y así, con personal militar, barcos donados por Italia y una zona de búsqueda y rescate creada ad hoc, los guardacostas libios han tomado protagonismo en el Mediterráneo central.
El 31 de agosto de este año -según los datos facilitados por la sala de observación de la Organización Mundial de las Migraciones en Libia- ya eran 14.157 los migrantes interceptados y enviados a lo que el derecho internacional ha definido a menudo como "lugares inseguros", centros de detención a los que regresan los migrantes tras ser "asesinados" en el mar. Es aquí, en los que el Papa Francisco ha definido como "lager liberados", donde los migrantes son sometidos a tratos inhumanos y a las torturas más horribles, como han documentado ampliamente los medios de comunicación y las organizaciones no gubernamentales. Pero las cifras de migrantes intercambiados en el mar y transportados a los lugares de partida no siempre están claras a los ojos de las crónicas. Sólo el año pasado, en 2021 (con el gobierno Conte), el número de migrantes enviados a Libia fue de 32.425, más que la cifra desde la firma del memorando Italia-Libia.
Además, es frecuente que desde cualquier autopista de la Guardia Costera libia o desde cualquier milicia cercana al general Haftar se realicen incursiones contra los pescadores sicilianos, como ocurrió el año pasado en el Aliseo de Mazara del Vallo o en julio de este año en los dos atentados de Aci Trezza, Salvatore Mercurio y Umberto I. Sin embargo, según lo manifestado por el líder de los Fratelli d'Italia, un posible "bloque naval" no sería un acto de guerra porque estaría "de acuerdo con las autoridades libias".
Este año, 1.200 personas han muerto y se han dispersado en el mar Mediterráneo, según ha informado el Alto Comisionado de las Naciones Unidas. Sin embargo, los migrantes muertos en el mar, los rescatados en Libia o los salvados por los pescadores italianos ya no se mencionan en ninguna campaña electoral.
Fuente: vita.it